jueves, 21 de mayo de 2009

La teta asustada: Reflejo de un Perú traumado


El autor de estas líneas debe referir como anécdota algo que le ocurrió el martes a las cinco y treinta de la tarde, cuando fue al cine a ver “La teta asustada” de Claudia Llosa, buscando saber por qué es que ésta película ganó un Oso de Oro. Y vaya que se supo, con el hecho de que sólo con el primer minuto, el autor quedó literalmente impactado, a pesar de que el mismo autor ha tenido experiencia previa (al igual que varios de los internautas y lectores de las siguientes líneas) fuerte en lo referente a la violencia ficticia con videojuegos como la saga de Grand Theft Auto, series como 24 o animes como Saint Seiya o Dragon Ball; que son inherentes a ésta nueva generación.



Y puede decirse con certeza que el autor quedó impactado, porque la narración que es realizada en el primer minuto de “La teta asustada” en un quechua que musicalmente sonaba muy hermoso, refleja la tristeza y la crudeza de la realidad que viven a gran escala los desposeídos en el Perú, y acaso de toda América Latina, (entiéndase por desposeídos a quienes viven careciendo de servicios elementales, en las barriadas de las ciudades o en lo más profundo del campo, a quienes por su color de piel son llamados como cholos, tratables como ciudadanos de quinta o de décima, explotados, vejados e incluso asesinados por cualquiera que tenga poder, desde un simple militar o terrorista, hasta un gran empresario o político) un nivel de violencia y atraso en el Perú que simplemente debería ser inconcebible. Pero que sin embargo, existe.



Existe porque toda América Latina, y particularmente el Perú, tienen una sociedad traumada fuertemente con diversos males como el racismo, la discriminación sexual (que va en ambos sentidos), el centralismo, la cultura de la impunidad y la corrupción, y dizque viveza que no es más que pereza por evadir la responsabilidad que tiene uno como individuo. El Perú se ve reflejado perfectamente en Fausta, interpretada por una extraordinaria Magaly Solier. Ése personaje es sin lugar a dudas el Perú, lleno de miedos y complejos, lastimándose a sí mismo al preferir evitar el superarlos, pobre pero a la vez con una gran belleza natural, y buscando salir adelante y vencer a sus demonios internos que ha heredado por la dureza que tuvo. Se narra allí el abuso que se dio en la época del terrorismo hacia los más pobres (no se indica quién fue culpable de lo que sufrió la madre de Fausta, pero si nos basamos en las cifras de aquella guerra, serían los militares quienes saldrían peor parados), y como lectura particular, el mismo abuso sufrido desde siempre por los indígenas desde que algo de escoria exportada de España impuso acá todos ésos males que todavía padecemos como nación.

De allí, simplemente puedo ver como inconcebible que haya personas que en diarios de derecha dura, aprovechen su título de editores para despotricar por algo tan banal como una mala ortografía, habiendo ahorita problemas muchísimas veces peores dentro del Congreso. Si, en éste caso, me refiero a Aldo Mariátegui, descendiente de José Carlos Mariátegui (para su desgracia, porque el amigo pareciera rechazar visceralmente al fundador de la izquierda en el Perú, uno de los dos grandes pensadores peruanos del siglo XX, y además fruto de una relación en la cual fue abandonada la mamá), editor del diario Correo y alguien que pareciera ser el portavoz de un sector de la sociedad que está básicamente traumado.


Del otro lado en éste caso, está Hilaria Supa, representante del nacionalismo en el Congreso, que tuvo básicamente una vida dura por su condición de quechuablante, y obligada a aprender español (aquí ni siquiera se valora el quechua, a pesar que es hablado por dos millones y medio de peruanos y a pesar de su belleza, a diferencia de lo que ocurre en España con idiomas como el catalán o el vasco), y a quien le cuesta escribir bien en español.


El gran lío se suscitó cuando Correo publicó una portada donde se destacaba una fotografía en la que existían apuntes escritos en un mal español por la congresista Supa, y donde básicamente le decían que debían darle urgentemente un Coquito (libro para aprender a leer y escribir para niños). O sea, acá Aldo Mariátegui, digno representante de un sector acomplejado del Perú, se va por la tangente y sólo menciona eso, mala ortografía, y cree que por eso estamos mal. Bueno, señor Mariátegui, estaríamos mejor si el Estado neoliberal que tanto defiende se comprometiera a hacer carreteras, llevar educación, salud, agua, desague, electricidad, telefonía e Internet a aquellas zonas donde no están ésos servicios. Aprovechando que usted desayuna con Alan, ¿por qué no nos hace un favor, se lo dice y lo convence de hacerlo?

O por qué no aprovecha y la recuerda a Martha Hildebrandt, ya que ella es una lingüista del más alto nivel, que hubiera sido mejor que le enseñe al Chino Maldito a hablar mejor el español, en vez de pronunciarlo en ésa forma. Además, no siempre la formación académica o profesional hace a una persona mejor que otra. Fujimori fue presidente de la Asamblea Nacional de Rectores, y a pesar de ello fue un corrupto y violador de derechos humanos del más alto nivel, y por eso acabó preso. Acá jamás hubo un problema por cuestión de educación, por más que Correo quisiera pintarlo así y algunos pretendieran darlo a conocer de ésa forma, el problema es que la ética en el Perú está devaluada, y parte de ése problema se origina por el racismo que existe en el Perú. Parte de los traumas que tiene éste país.
Como colofón final de ésta entrada (o artículo para los que lean esto en el semanario La Voz de la Calle), les dejo algo que debe hacernos respetar con mucho lo que es el Perú. Es un video de Dailymotion con el 15 aniversario de Gianmarco (un cantante peruano muy bueno) en el estadio Monumental de Lima. La canción es "Hoy", fue dedicada al Perú y tiene un hermoso elemento de huayno que vale la pena verlo.


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