jueves, 26 de febrero de 2009

Pasado versus presente

“La vaca no se acuerda de cuando fue ternera”, es como reza un refrán popular haciendo alusión a quienes olvidaron lo que fueron alguna vez y actúan de otra forma distinta. Podemos ver aquello en todos lados, con el enemigo que alguna vez fue amigo, con la ex que odia y maldice a quien fuera su pareja cuando antes le prodigaba palabras de amor, con el jefe pedante que alguna vez fue el compañero amiguero, etc.

En la política, hay muchísimos de estos ejemplos, especialmente cuando vemos la forma que se manejan algunos de ellos al momento de decir algo negativo de algo o alguien (un sistema, un partido, un modelo económico, una persona) en un primer momento, y al siguiente subirse al carro de aquello que tanto criticaban. Por lo menos de la política peruana, sólo voy a mencionar dos ejemplos, que ahora serían los más saltantes para muchos.


Un primer ejemplo, el presidente García (lo cual es graficado en ésta genial caricatura de Carlín), el mismo que en su primer gobierno era más “antiimperialista” y más cercano a la izquierda en aquella época (aunque en cualquier caso, su primer gobierno fue efectivamente un desastre por razones que si fueran detalladas ocuparían demasiadas líneas, y todo indica que por ése lado va a repetir plato). ¿Qué pasó con él? Al parecer su estancia en Francia debió cambiarle la forma de ser, porque volvió y tras tomar el poder se alió con el fujimorismo (los mismos que tras querer ir por él le dieron al APRA una cacería digna de la Inquisición), se alió de un modo descarado y grotesco con los Estados Unidos de Mr. Bush (un tipo que debería estar sentenciado a la inyección letal por reducir libertades, dejarse dos guerras horrendas en Medio Oriente, y provocar una crisis que sería peor que el crack de 1929, y eso último sí que son palabras mayores en lo económico), y con la misma derecha que tanto criticó en sus campañas políticas.

Segundo ejemplo, el señor Yehude Simon. No dudaré que él posee credenciales democráticas y al menos por ahora no claudicará en ése sentido (de corazón, le conviene a él y al Perú no hacerlo jamás). Pero recordemos que él tuvo un pasado relacionado a la izquierda por el cual fue encarcelado injustamente por Fujimori, y tras destacarse como el presidente regional con más prestigio de todos al aceptar la presidencia del Gabinete Ministerial, uno siente que desconoce a éste señor. ¿Quién es? ¿Es Yehude Simon? No, él no pediría que el APRA se aliara con la izquierda. ¿Lo hizo, en serio? ¿Acaso pasamos a un universo alternativo donde todo es al revés? Porque admitámoslo, nadie de la izquierda pensaría aliarse con el partido aprista, y menos ahora que con las políticas que sigue parece más de derecha.



Resulta alucinante ver como una persona cambia radicalmente su pensamiento y manda al diablo la coherencia que dice tener con aquello que cree sólo para mantenerse en el poder u obtener algo que le conviene en algún sentido. ¿O será que en el fondo sólo fingen una faceta ante todos y teniendo lo que quieren muestran su rostro verdadero y traicionan lo que dicen defender o querer o amar? Esto, hace recordar al autor de éste blog a la saga de Star Wars, cuando el villano de aquella historia, Palpatine; aparece como senador en el Senado Galáctico (valga la redundancia) con credenciales democráticas y garantizando acciones inmediatas, asciende luego a Canciller y manipula a dos bandos para crear una guerra que le permita eliminar a sus enemigos directos (los Jedi) y restringir ciertas libertades hasta que finalmente manda al diablo a la democracia y a la República para crear el Imperio.

Algo así sólo debería pasar en la ficción, lo creemos y podemos pensar que efectivamente puede darse en aquella realidad ficticia creada por un autor que ideó aquella historia, aquellos personajes, aquellos eventos; y pensamos o suponemos que lo que ocurre allí difícilmente podría llegar a afectarnos a nosotros y a nuestras vidas diarias, y nos creemos seguros de aquella posibilidad estando en la realidad, y no en la ficción.

Sin embargo, aquello no es tan cierto. Mario Vargas Llosa, nuestro literato más laureado, y quien dio en Trujillo una conferencia llamada “Secretos de un novelista” en medio de la playa Azul en Huanchaco dijo que un novelista debe emplear “mentiras literarias” para enriquecer su historia. ¿Por qué “mentiras literarias”? Porque eso permitiría crear eventos y hechos que no ocurrieron en la realidad (aunque podrían ocurrir y serían verosímiles en cierto sentido) que enriquecerían la historia y que una persona puede llegar a creerse que pasaron efectivamente.

De modo que muchas veces la frontera entre ficción y realidad puede confundirse. La ficción, no es algo exclusivo de la literatura, está en el cine, en la animación, en la televisión; y muchas veces no es más que un reflejo distorsionado (como cuando uno se mira en ésos espejos de feria y se ve distinto de cómo es) de la realidad. Lo que creemos que no puede pasar más que en la ficción, muchas veces sucede y llega a extremos más impresionantes en la realidad. Alan García y Yehude Simon son dos claros ejemplos de ello.
Como colofón de ésta entrada, queridos visitantes, les dejo un vídeo de YouTube en el cual se halla una serie de promesas electorales que el señor García dijo en el 2006, en Ayabaca, en plena campaña electoral. Espero que pueda refrescar su memoria y talvez, sólo talvez, comprender que hay cosas de las que no debe olvidarse. http://www.youtube.com/watch?v=tMflQCeODMg

martes, 3 de febrero de 2009

Villanos

Podemos verlos en todos lados, en las ficciones y en la realidad. Podemos imaginarlos todos vestidos de negro, u ocultos en la oscuridad de algún rincón, callejón o sótano siempre buscando conspirar, matar, robar, extorsionar; en fin, joderle la vida al resto para beneficiarse ellos en algún sentido exclusivo y excluyente. Esos son los villanos que tendemos a detestar (o admirar en algunos casos) y que representan sin quererlo ni buscarlo, ésa oscuridad que habita en todos nosotros.

Sin embargo, no siempre andan vestidos de negro ni ocultos en la sombra. Al contrario, son seres bastante activos y que en la realidad fueron infames artífices de varios de los sucesos de la historia. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que los villanos vienen en todas las formas, tamaños y colores posibles; y son quienes en gran medida posibilitan el desarrollo de una historia en la ficción, y quienes provocan hechos que en algún aspecto serán considerados como horrendos obteniendo de paso el odio de muchos para toda la posteridad.

Lo curioso del caso, es que increíblemente resulta ser mucho más fácil ser un villano que un héroe, especialmente en un momento de debilidad. ¿No ha deseado alguna vez, querido visitante, querer hacer sufrir o torturar a un(a) jefe(a) explotador(a), a un(a) profesor(a) abusivo(a), a un compañero(a) jodido(a), a un(a) pareja que le haya traicionado en cualquier forma o sentido, a un “amigo(a)” que no es más que un(a) hipócrita cobarde, entre muchísimas otras posibilidades que nos ocurren en el día a día y que nos molestan sin que se deba hacer nada? Cuando uno anda débil, no piensa bien ni es uno mismo, y allí la ira y el odio ganan terreno a velocidades alucinantes, acabando en algunos casos ésa ira y odio en titulares como éstos: “Mató a su pareja de treinta puñaladas” o “Violaron y mutilaron salvajemente a niña” o “Disparó a siete niños en escuela”.

Sin embargo, aunque muchas veces la ira y el odio son fuentes para volverse un villano; en otras veces lo son el egoísmo, la codicia o la soberbia (u otras cosas más), que son en gran medida el nivel más extremo al que nos empuja una sociedad individualista y materialista, y en la cual uno no importa tanto por lo que es, sino por lo que parece ser y por lo que tiene. O incluso puede ser una combinación de ira y odio con egoísmo, codicia, soberbia, etc.

En la historia ha habido villanos diversos como Hitler o Stalin que emprendieron genocidios horrendos contra muchísima gente por cosas estúpidas como la raza, la religión, las ideas políticas, las clases sociales, etc. Guerras por estúpidas ideas de hegemonía imperial sin importarles sus pueblos ni los pueblos conquistados, y que desataron un odio que asusta a la humanidad. A Bush, que emprendió guerras en Medio Oriente, torturó a muchos en Guantánamo, y recortó libertades en pos de una seguridad contra el “terrorismo”.

Seres controversiales para los historiadores y que serían aspirantes a villanos para muchos (no todos, ojo) podrían ser Julio César, genio militar y político que empleó a sus legiones para conquistar las Galias a sangre y fuego en pos de tener una base de poder y prestigio para luego instaurar una dictadura que sea la base del futuro imperio romano para acabar finalmente asesinado por los oligarcas; Napoleón que empleó su prestigio militar para dar un golpe que le diera el poder y luego forjara su propio imperio a costa de décadas de guerra e instaurara estados satélite con sus familiares de gobernantes para acabar derrotado en España, Rusia y finalmente en Waterloo, y muriendo en Santa Elena; o incluso el mismo Bolívar, libertador por excelencia pero que según el embajador peruano en Finlandia, Félix Calderón (quien escribió libros sobre Bolívar basándose en fuentes de primera mano), habría tenido tendencias a debilitar al Perú y fortalecer a la Gran Colombia mediante la creación de la nación de Bolivia (que tiene justamente el nombre de Bolívar) llamada el Alto Perú en aquél tiempo, algunos líos de fronteras que no serían definidos sino hasta el siglo XX, y la frase que nadie puede negarle a Bolívar cuando recibió a San Martín en Guayaquil: “Bienvenido a tierra colombiana” a pesar de que en ése tiempo Guayaquil era territorio peruano, al final Bolívar acabó muerto y la Gran Colombia fraccionada en Venezuela, Colombia y Ecuador.

En el Perú, se les ve todos los días a los villanos en los medios de comunicación o quizá hasta les haya dado la mano. Son aquellos oligarcas que gobernaron al Perú desde su independencia política, que gustan de mantener al país en la misma situación de siempre para poder hacer “faenones”, cobrar “honorarios de éxito” y darle “aceitadas” a otros que son igual de corruptos para ganarse algunos miles (o quizá millones) de dólares con la plata que todos le pagamos al Estado y heredando la tradición de sus antecesores de mantener todo en lo mismo. Allí los tenemos, generales, ministros, presidentes de la República, congresistas, jueces, broadcasters, comunicadores, intelectuales; dominando todo aquello que represente poder en el Perú. Y es la misma situación que se repite en todos los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, e incluso en los mismos países del primer mundo (sólo que en éste caso, el primer mundo no tiene los circos y zoológicos que nos armamos aquí).

En la ficción, los villanos son seres que juegan un rol bastante importante dentro de cada historia y paradójicamente (en varios casos), seres más apreciados por los fans que incluso los mismos héroes en muchos casos debido a un despliegue de todas ésas cosas que hacen que los percibamos como seres “cool” (carisma, inteligencia, fuerza, crueldad, etc.) o en todo caso como seres bastante interesantes. Allí tenemos al Joker del cómic de Batman o a Superboy-Prime de los últimos cómics de la DC, a Saga de Géminis en el anime Saint Seiya, a Darth Vader o a Palpatine en la saga de películas de Star Wars, y así hasta el infinito; pero que a la hora de la verdad siempre van a perder.

Sólo que quisiéramos que ellos también perdieran en la realidad. Aunque talvez, sólo talvez, el ganarse el odio de muchos por la posteridad sea una forma de perder. Para finalizar, una canción que hace mención sin duda alguna a los villanos. Del grupo Ángeles del Infierno, la canción Héroes del Poder, en éste link: http://www.youtube.com/watch?v=GChAX5M-aCY