viernes, 26 de diciembre de 2008

Navidad: fecha para no ser ingrato

Navidad. Una fecha que siempre será motivo de polémica. ¿Qué son las fiestas navideñas para ustedes, queridos visitantes? ¿Les recuerdan la solidaridad, el amor, el agradecimiento, el cariño? ¿Los hace pensar en el pavo (o el lechón), los regalos, los adornos, el árbol y el Nacimiento? ¿Le dan más importancia a Jesucristo o a Papá Noel? Pero sobre todo, ¿recuerdan que más que esperar cosas hay que agradecer porque mucha gente no tiene nada?

Muchas veces vemos en diarios, revistas o televisoras avisos en los que aparece ésa figura carismática y simpática del Papá Noel anglosajón que salió de la publicidad de Coca-cola (o Santa Claus, o el Viejo Pascuero, o como sea que se llame en diversas partes del mundo) y que está alejado del verdadero San Nicolás de Bari (o de Mira) que repartió sus bienes a los desposeídos.

Y en estas publicidades, ¡oh sorpresa!, el bueno del Papá Noel blanco, gordo y barbón es muchas veces quien ofrece diversos productos para nosotros, los consumidores, vendiéndonos la idea de que si compramos o consumimos éstos productos, tendremos una “feliz Navidad”.



Sólo les pido, queridos visitantes de éste blog pequeñito que reflexionen por un segundo y observen lo que ustedes tienen. Si la respuesta es “tengo mis facultades mentales y mi cuerpo está bien, tengo una familia que me quiere, y tengo al menos un techo donde cobijarme, una cama cómoda, tres comidas al día, algo de ropa; pero quisiera tener más”; yo les digo “miren hacia aquellos que tienen menos que ustedes”.

Para ser más claro les diré de la ciudad de Tayabamba la cual se ubica en una de las zonas más alejadas de la región La Libertad (son como dieciocho horas de viaje en una carretera que puede ser calificada fácilmente como “bazofia” por lo horrible que es hasta alcanzar la provincia de Pataz). Para los que no sepan dónde está la región La Libertad, es bien fácil, está en la zona norte del Perú. Para los que no sepan dónde está el Perú, ubiquen en su mapamundi, en sus atlas, enciclopedias, o aunque fuera con Google Earth la zona de Sudamérica. Y si hubiera entre ustedes quien no supiera dónde rayos queda Sudamérica (cosa que ya sería demasiado rara, pero que la verdad, he visto cosas tan raras que ya ésa posibilidad debo considerarla), créanme que un curso de geografía les hará bien.

Confieso desde ya, que no he ido a Tayabamba, pero mi madre (a quien adoro como nadie) sí, y sé de primera mano lo que es ésa realidad. Sólo imaginen esto por un instante en sus cabezas, un lugar que está alejado en gran medida del mundo moderno, que tiene en la capital de provincia un cierto nivel de servicios básicos sólo por el hecho de ser capital de provincia y un paisaje hermoso, pero hasta allí.

¿Linda imagen, no? Un pueblo rural e ideal para relajarse. Bueno, ahora es tiempo de completar el cuadro. Imaginen que en las zonas colindantes de ése pueblo, los niños deben caminar por varias horas desde diversos lugares (a ésos donde muchas veces no llega la electricidad, ni el agua potable, ni el alcantarillado) para llegar hasta la escuela local, duermen en el frío y duro piso abrigados con pieles de borregos, y son víctimas de la pobreza, de una educación deficiente, de la enorme dificultad para aspirar a algo mayor, y de un machismo que provoca en gran medida violencia familiar en aquella zona (esto en varios casos, no en todos) a la que son expuestos cuando ésos niños ven cuando su papá (todo un “machazo”, sin duda) golpea a su mamá.



Si ésos niños que viven lejos de la ciudad de Tayabamba, tuvieran acceso a la televisión y vieran a Papá Noel, quizá se preguntarían esto: “¿Por qué Papá Noel no cumplió mi pedido si he sido un niño bueno?” Multipliquen el caso de aquella zona remota del Perú, que pese a todo conserva costumbres ricas y tiene un potencial enorme para desarrollarse (sólo hace falta, lastimosamente, gente que valga la pena en el poder para hacer esto) por toda la enorme cantidad de gente que no tiene un pavo, un árbol o regalos abundantes en todo el Perú primero, en toda Latinoamérica después, y en todo el mundo finalmente. ¿Horrendo, no?

Muchos no tendrán la blanca Navidad que los que tenemos acceso a Internet, a servicios básicos, a comida, a ropa, pero especialmente a una familia amorosa que pese a sus defectos y los nuestros, queridos visitantes, siempre estarán allí. Así que piénsenlo, más que quejarse por problemas y pérdidas que siempre vendrán debemos agradecer por todo lo que tenemos. Paz a todos ustedes.

¡Feliz Navidad!

martes, 23 de diciembre de 2008

Por fuera algo noble, ¿y por dentro?

Hay una pregunta que bien valdría la pena hacérsela a cualquiera que no sea peruano o peruana en éste blog: ¿ustedes se imaginan a quien sea su gobernante meneando toda su anatomía con la gentita “fashion” o “pipirisnais” de la farándula de su país? Sin duda que aquello sería raro, pero si tuvieran un presidente como Alan García verán que es posible.

Refiero esto porque el día de ayer se realizó una teletón organizada desde Palacio de Gobierno para apoyar al Hogar Clínica San Juan de Dios, el cual atiende a muchos niños sin recursos y que sufren de enfermedades muy graves. La iniciativa colocada a simple vista de ésa manera, nos haría pensar y decir: “Wow, miren al señor Alan García, un hombre bondadoso que tiene el espíritu navideño y decidió recaudar fondos para éste hospital. Una causa noble, sin duda.”. Eso claro, a simple vista.


Pero a muchos obviamente se les olvida ver el contexto, o como pudiéramos decir en otros términos, ven el árbol sin ver el bosque. Ando seguro que muchos de ustedes, queridos visitantes, conocen que las teletones se hicieron populares acá en Latinoamérica gracias al chileno Mario Kreutzberger, más conocido como Don Francisco; y que saben igualmente que las teletones son básicamente enormes eventos mediáticos organizados con la participación de diversas figuras de la farándula (modelos, actores, cantantes, vedettes, etc.) en apoyo de una causa noble.




Lo que si ando seguro que nadie o casi nadie les dijo (y en esto agradezco a una fuente bastante confiable), es que las teletones funcionan básicamente de la siguiente forma: uno dona una cantidad “x” de dinero desde su cuenta bancaria y ésta es transferida a la cuenta de la entidad que organiza dicho evento, la cual se evita pagar gracias a lo recaudado una cierta cantidad del total de los impuestos que debiera pagarle al Estado debido a la realización de una obra benéfica, pero nosotros igual debemos pagar esos impuestos a pesar de que dimos algo de nuestro dinero. Dicho en cristiano: nos sacan plata, los que organizan el evento evitan pagar algo del dinero que deben pagar, e igual nos cobran a nosotros que somos los que hacemos que la teletón funcione. En síntesis, quien organiza la teletón gana.



Así funcionan las cosas en caso de que una entidad privada organice esto. En ésta teletón, quien organiza todo es el mismo Estado, sin embargo algo debe ganar éste (o quienes dirigen al Estado) con todo esto. ¿Quieren saber qué es? Bien simple: popularidad extra.

Debido a una serie de escándalos de venta irregular de lotes petroleros a causa de la difusión de los famosos petroaudios entre Rómulo León y Alberto Químper (que ahora curiosamente ya no es tan tocado el tema como antes, por razones que serán evaluadas en otra entrada posterior) y que hacían sospechar que el mismo Alan García estaría metido en aquél asunto, la popularidad de Alan cayó hasta los 17 puntos (y eso a pesar de que los grandes medios andan relativamente alineados con el gobierno).

“¿Cómo soluciono esto?”, habrá pensado Mr. García Pérez. ¡Y se le prendió el foquito! Había que estar en el centro de todo, rodeado de la gente que capta atención mediática, y haciendo un evento que aparezca ante los ojos de todos como noble y santo. ¿Hacemos una sumatoria de factores? Ok: los “nice” de la farándula más apoyo temporal a un hospital que tiene una causa justa más estar dirigiendo todo y siendo la estrella de estrellas. Resultado: teletón a favor del Hogar Clínica San Juan de Dios. Total, ¿qué importa que Lourdes Flores diga que Alan parece un “mil oficios” o que Ollanta Humala diga que un presidente no está “para hacer shows”?

Claro, se llegó a diez millones de soles (la meta era tres millones apenas) y éstos artistas (muchos de ellos, protagonistas de escándalos que dan asco y con rivalidades, envidias y odios por platitos de lentejas) se abrazaron como hermanitos, y sin duda ése dinero (esperemos que llegue entero y ningún “roedor” se arme un faenón con un centavo de ésa plata) ayudará a ésos niños y ése hospital que tanto lo necesitan.

Lo que no dicen es por qué armar todo esto y exponerse a críticas de opositores políticos cuando más fácil hubiera sido contemplar al Hogar Clínica San Juan de Dios dentro del presupuesto del Estado, y asignar ésa misma cantidad de dinero. ¿O incluso más ya que el Perú avanza y es el “tigre de Latinoamérica” según lo que dijeron varios en el APEC? Vamos, que pudieron haber dado quince millones, quizá veinte millones, o a lo mejor treinta millones, y asignarlos en forma permanente; para que ya no haya necesidad de teletones que le quitan la plata a los contribuyentes y que por más que apelen a nuestros sentimientos más nobles en el fondo sólo son remedios temporales y no permanentes.


Y también, en forma hasta cierto punto simbólica, pudimos ver como los grandes medios y las grandes figuras mediáticas que tanto se pelean entre sí por el rating, llegando a extremos de decadencia moral horrendos estaban todos alineados ante el Presidente García. Mostrando que los grandes medios están alineados duramente con un gobierno que últimamente no ha mostrado ser demasiado respetuoso de la libertad de expresión, y haciéndonos ver que a menos que tengamos cable o no tengamos televisión, por más zappings que hagamos, lo que veremos será siempre lo mismo.Por último, aunque no por ello menos importante, les dejo a todos ustedes el siguiente link para que se vea en forma muy breve lo más anecdótico de aquella teletón. Especialmente por la primera parte que francamente está de risa.


http://es.youtube.com/watch?v=Z71W6Bnx_oo

domingo, 21 de diciembre de 2008

Un nuevo inicio

Sentado en el escritorio, a las 10:43 p.m. según el reloj del ordenador es que da comienzo la redacción de la primera entrada de ésta nueva aventura que es la creación de éste blog: El nido del halcón. Tenía tiempo en que quería hacer esto y recién me animé ésta noche.

Todos los que se animen a leer ésta entrada pensarán: ¿y qué tendremos que ver acá? Podría mencionarles un tema específico, como anime, videojuegos, películas, series de televisión, política, historia, divagaciones de un loco sin oficio ni beneficio.

Talvez la última respuesta se acerque más a las demás, sino fuera porque éstas divagaciones van a referirse a temas diversos abordados de un modo que no sea el mismo que el recibido a través del bombardeo mediático que nos dice que todo está bien y de las mil maravillas, que proclama a viva voz la frase trillada de "el Perú avanza", que anuncia una feliz navidad a todos aún cuando muchos no tendrán ésa feliz navidad, que no aborda como miles de millones sobreviven y como pocos tienen lujos que debieran ser una cachetada para el mundo entero. Si buscas leer lo mismo de siempre: lugar equivocado. Acá no se lee lo de siempre.