
Todos los que no sean peruanos han de haberse reído a morir de otro exabrupto presidencial en el que Alan García básicamente dijo que el presidente podía impedir que llegara alguien que no fuera de su agrado al poder en las elecciones presidenciales. Y otra vez se puso el grito en el cielo, y toda la oposición exigió explicaciones, y otra vez Alan intentó barajarla mencionando que se pretendía derrotar al “modelo antisistema”, y otra vez evidentemente Alan fracasó porque nadie con dos dedos de frente, materia gris y sentido común le creería un comino porque dejó entrever sus intenciones.
Sin embargo, es bueno tomarle la nota a lo que Alan dijo. Esto es algo que revela su forma de pensar y en el fondo muestra una verdad que todavía persiste en la democracia que tenemos nosotros los peruanos. Y es que quizá la democracia no necesariamente depende de la voluntad popular en el Perú. ¿Qué? ¿Cómo? Es algo relativamente sencillo de explicar.
Sin embargo, es bueno tomarle la nota a lo que Alan dijo. Esto es algo que revela su forma de pensar y en el fondo muestra una verdad que todavía persiste en la democracia que tenemos nosotros los peruanos. Y es que quizá la democracia no necesariamente depende de la voluntad popular en el Perú. ¿Qué? ¿Cómo? Es algo relativamente sencillo de explicar.

Meditémoslo por un segundo. La primera elección de un votante es decidir si quiere o no votar. Acá ésa elección es negada por voto obligatorio con pena de multa, cuando en muchas otras partes se impone el voto facultativo. Traducción: votas o pagas en un país donde muchos sobreviven, no viven. Otro factor es la demagogia de los políticos. Van a donde están los desposeídos, les ofrecen el oro y el moro, les dan sus cinco kilos de arroz a cambio de olvidarse de ellos por cinco años. Un tercer factor son los medios de comunicación. Todos toman partido, aceptan plata de propaganda política, difaman y participan en campañas de lanzamiento de barro con ventilador contra tal o cual candidato. Un cuarto factor, son los lobbies. Los mismos que manejan los grandes capitales, que siempre querrán que se mantenga el mismo sistema porque creen que es la única forma segura de ganar dinero (que no es así) y por eso es que ahora le tienen temor a un “candidato antisistema”. Perdón pero, ¿si la mayoría del pueblo se harta de éste modelo económico no tenemos el derecho de decir “hasta acá nomás” y cambiarlo? No, responderían éstos oligarcas, porque nosotros manejamos la vida económica de todos ustedes y más que convencerlos debe convencernos, y no nos interesa eso si ganamos plata de lo lindo.

Claro, el voto es un factor importante, sin duda. El apoyo de la gente siempre permite hacer algunas cosas. Pero a la hora de la verdad, es cuestión de negociar con oligarcas, ganarte a los medios (igualmente manejados por oligarcas), recurrir a la demagogia (para lo cual se requiere la plata de los oligarcas que financien la campaña), y forzar a todos los peruanos a que caigamos en el mismo juego (simplemente se evita el debate del voto facultativo, y listo). Allí van cuatro factores. Pero no podemos olvidar que “no hay quinto malo”.

Hay tanta demagogia, tanto cinismo, tanta falta de corazón de parte de nuestros líderes que casi parecieran ser los villanos de un cómic o de un manga. Sólo que odiosamente no hay un héroe (y hablo de un verdadero héroe, no uno que se disfrace de héroe) que pueda salvarnos. No existe un Superman o un Goku o un Seiya. Porque de haberlo, creo que éste vídeo de YouTube diría perfectamente lo que el pueblo siente, así que los dejo queridos visitantes, con la canción de Smallville, "Save Me" de Remy Zero.
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