En la política, hay muchísimos de estos ejemplos, especialmente cuando vemos la forma que se manejan algunos de ellos al momento de decir algo negativo de algo o alguien (un sistema, un partido, un modelo económico, una persona) en un primer momento, y al siguiente subirse al carro de aquello que tanto criticaban. Por lo menos de la política peruana, sólo voy a mencionar dos ejemplos, que ahora serían los más saltantes para muchos.
Un primer ejemplo, el presidente García (lo cual es graficado en ésta genial caricatura de Carlín), el mismo que en su primer gobierno era más “antiimperialista” y más cercano a la izquierda en aquella época (aunque en cualquier caso, su primer gobierno fue efectivamente un desastre por razones que si fueran detalladas ocuparían demasiadas líneas, y todo indica que por ése lado va a repetir plato). ¿Qué pasó con él? Al parecer su estancia en Francia debió cambiarle la forma de ser, porque volvió y tras tomar el poder se alió con el fujimorismo (los mismos que tras querer ir por él le dieron al APRA una cacería digna de la Inquisición), se alió de un modo descarado y grotesco con los Estados Unidos de Mr. Bush (un tipo que debería estar sentenciado a la inyección letal por reducir libertades, dejarse dos guerras horrendas en Medio Oriente, y provocar una crisis que sería peor que el crack de 1929, y eso último sí que son palabras mayores en lo económico), y con la misma derecha que tanto criticó en sus campañas políticas.
Segundo ejemplo, el señor Yehude Simon. No dudaré que él posee credenciales democráticas y al menos por ahora no claudicará en ése sentido (de corazón, le conviene a él y al Perú no hacerlo jamás). Pero recordemos que él tuvo un pasado relacionado a la izquierda por el cual fue encarcelado injustamente por Fujimori, y tras destacarse como el presidente regional con más prestigio de todos al aceptar la presidencia del Gabinete Ministerial, uno siente que desconoce a éste señor. ¿Quién es? ¿Es Yehude Simon? No, él no pediría que el APRA se aliara con la izquierda. ¿Lo hizo, en serio? ¿Acaso pasamos a un universo alternativo donde todo es al revés? Porque admitámoslo, nadie de la izquierda pensaría aliarse con el partido aprista, y menos ahora que con las políticas que sigue parece más de derecha.
Resulta alucinante ver como una persona cambia radicalmente su pensamiento y manda al diablo la coherencia que dice tener con aquello que cree sólo para mantenerse en el poder u obtener algo que le conviene en algún sentido. ¿O será que en el fondo sólo fingen una faceta ante todos y teniendo lo que quieren muestran su rostro verdadero y traicionan lo que dicen defender o querer o amar? Esto, hace recordar al autor de éste blog a la saga de Star Wars, cuando el villano de aquella historia, Palpatine; aparece como senador en el Senado Galáctico (valga la redundancia) con credenciales democráticas y garantizando acciones inmediatas, asciende luego a Canciller y manipula a dos bandos para crear una guerra que le permita eliminar a sus enemigos directos (los Jedi) y restringir ciertas libertades hasta que finalmente manda al diablo a la democracia y a la República para crear el Imperio.
Algo así sólo debería pasar en la ficción, lo creemos y podemos pensar que efectivamente puede darse en aquella realidad ficticia creada por un autor que ideó aquella historia, aquellos personajes, aquellos eventos; y pensamos o suponemos que lo que ocurre allí difícilmente podría llegar a afectarnos a nosotros y a nuestras vidas diarias, y nos creemos seguros de aquella posibilidad estando en la realidad, y no en la ficción.
Sin embargo, aquello no es tan cierto. Mario Vargas Llosa, nuestro literato más laureado, y quien dio en Trujillo una conferencia llamada “Secretos de un novelista” en medio de la playa Azul en Huanchaco dijo que un novelista debe emplear “mentiras literarias” para enriquecer su historia. ¿Por qué “mentiras literarias”? Porque eso permitiría crear eventos y hechos que no ocurrieron en la realidad (aunque podrían ocurrir y serían verosímiles en cierto sentido) que enriquecerían la historia y que una persona puede llegar a creerse que pasaron efectivamente.
De modo que muchas veces la frontera entre ficción y realidad puede confundirse. La ficción, no es algo exclusivo de la literatura, está en el cine, en la animación, en la televisión; y muchas veces no es más que un reflejo distorsionado (como cuando uno se mira en ésos espejos de feria y se ve distinto de cómo es) de la realidad. Lo que creemos que no puede pasar más que en la ficción, muchas veces sucede y llega a extremos más impresionantes en la realidad. Alan García y Yehude Simon son dos claros ejemplos de ello.
Como colofón de ésta entrada, queridos visitantes, les dejo un vídeo de YouTube en el cual se halla una serie de promesas electorales que el señor García dijo en el 2006, en Ayabaca, en plena campaña electoral. Espero que pueda refrescar su memoria y talvez, sólo talvez, comprender que hay cosas de las que no debe olvidarse. http://www.youtube.com/watch?v=tMflQCeODMg
Claro que si. ¡A más fuerza, mejor!
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